Veo en la Red una polémica que comienza ante la portada del magazine de El Mundo, que bajo el título "Madre o vaca" hace un repaso sobre los pros y contras de dar la teta. Es un tema que viene de viejo, y más allá de las consideraciones sobre apartar a la mujer de los puestos de trabajo en época de crisis (para eso no es necesario utilizar la lactancia como excusa, hay algunos que lo hacen porque les sale de ----) me he sentido totalmente identificada con algunos testimonios sobre la presión, médica y social, que se produce con la recién parida para que de la teta y el rechazo total a cualquier cosa conocida como biberón. En el caso de A. me vuelve a la mente periódicamente una imagen en la que el padre y la madre recientes están con un biberón en la mano, una criatura de horas llorando a gritos y una duda vital marcada por toda la información que se le ha facilitado. A. no quería pecho ni a gritos y yo me negaba llorando a darle biberón. La cuestión es que con la segunda fue igual o peor, ya que los cólicos de L. hacían muy difícil poder darle el pecho tranquila.
La conclusión es que quien quiera dar pecho lo de, quien no quiera no lo de y los médicos y matronas solo faciliten la información necesaria.
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