Historias breves vividas desde agosto 06 por una madre sin experiencia y su bebe dispuesto a aprender

jueves, 28 de junio de 2007

Las primeras enseñazas

El mundo es para los fuertes y nosotros no queremos que nuestros hijos se apeen de la vida en marcha, así que decidimos hacerles duros antes de tiempo, en previsión de las adversidades a las que tendrán que enfrentarse 20 años después. En un solo día A. ha aprendido que el agua generalmente es fría y ahoga, y que la idiosincrasia de una feria popular pasa por un ruido atronador y un aparatejo que gira contigo dentro. La piscina es el primer bautizo en serio de A. Tiene que aprender a no temerle al agua y a aguantar la tiritona, así que adentro con él. En la feria, el estruendo provoca un llanto desconsolado, pero aún así, le subimos a un ratón gigante que da vueltas pinchado en un tiovivo. Es la primera enseñanza de su corta vida, que esas dos personas que por lo general te colman de besos y caricias, se convierten de un día para otro, en dos seres abominables que sólo piensan en hacerte perrerías. La falta de un discurso coherente le impide mentarnos a la familia. Tal vez, las enseñanzas deberían aplazarse hasta que A. pudiera al menos opinar con un sí o un no. Pero entonces ya sería tarde, y el mundo habría partido sin él

martes, 19 de junio de 2007

A veces tengo complejo de estatua de cera. Me suele pasar cuando me preguntan por mis sentimientos o alguien comparte conmigo una confidencia sobre lo que sintió cuando... Yo he sido capaz de sosegar emociones y domar golpes de estado de mi yo interior, pero el efecto secundario es una cierta sedación ante lo que te rodea y la lentitud a la hora de reaccionar a los estímulos. No es que me esté poniendo compleja, es que con un hijo a cargo he comprendido que no me planteo dudas vitales y sesudas que otros se hacen sobre el futuro de su descendencia. Debe ser por mi forma de ser, pero actualmente me limito a comprobar que A. come, duerme, se ríe y me quiere como yo a él, sin querer ser consciente de que irá a un colegio, se peleará conmigo y con el mundo, buscará un trabajo, una casa y una pareja. El carpe diem siempre me ha dado mejor resultado y me gustaría que A. también fuera un poquito así, pero con un punto cauto y receloso, que le de una personalidad mejor que la mía. Al fin y al cabo, siempre hemos de suponer que procreamos para mejorar la especie, aunque el mundo se empeñe día a día en refutarnos.

viernes, 15 de junio de 2007

Eternamente a papillas

He decidido que mi A. no va a pasar nunca a la comida sólida. Decididamente las papillas y los biberones serán su dieta básica hasta que decida dejarme hecha un mar de lágrimas y vivir por su cuenta. Tengo razones de peso que pasan por un miedo atroz a los atragantamientos. Puedo soportar que se golpee la cabeza con la mesa por querer andar antes de tiempo, que chupe con admiración la suela del zapato, que intente meter los dedos en el enchufe o que se deslice poco a poco al borde de la cama con la intención de saltar al vacío. Pero siento un pánico sin control a las muecas que empieza a realizar cuando la saliva pasa de tomar su camino normal e investiga por su cuenta hacia los pulmones. Mientras le dé alimentos líquidos tengo la seguridad que ningún trozo de jamón o calamar traicionero me pondrá el corazón en un puño, así que aunque los dientes vayan apareciendo, estoy dispuesta a no claudicar en mi huelga de sólidos. Siento, sin embargo, que esa obsesión será vencida por la tocudez del niño ante un plato de garbanzos o un filete recien hecho. Los genes son los genes

martes, 12 de junio de 2007

Sueños rotos

El sueño de los niños no debería ser perturbado nunca y la única tarea de los padres y madres debería ser velar esas horas en las que los más pequeños comienzan a rumiar sus primeros pasos en la realidad. Por circunstancias domésticas, me he visto en la obligación de romper el hechizo de Morfeo de mi niño a horas intempestivas para él. Siento pena por introducirle a las costumbres viles de los hombres desarrollados, que madrugan para acudir a un lugar en el que ganarse el pan que llevarán a sus hijos. Mi A. no debería aún ser conscientes de esa tarea. Su sueño es sagrado, me reprendo, mientras sé que ya ha salido de casa hacia un lugar en el que unas manos cariñosas y dulces, pero que no son las mias, le cuidarán.
Me doy autocollejas por quejarme. La situación de mi niño es transitoria, pero existen millones de niños que se han visto empujados a la edad adulta y a los madrugones laborales sin posibilidad de vuelta atrás. El sueño perdido de esos niños esclavos ¿Quién se lo devolverá? Creo que no es malo que A. descubra un poco la realidad, para que pueda ser consciente de la fortuna que ha tenido por nacer donde ha nacido.
Esta noticia debería ser de obligada lectura para todos los padres del mundo:
Noticia HOY

martes, 5 de junio de 2007

Ata está aquí

Ansiosa espero la primera palabra con sentido del niño. En mi interior anhelamo que sea yo la elegida por él para iniciarse en los oscursos y misteriosos meandros del lenguaje. Está claro que en público no opino así y pregunto indistintamente por papa, mama, abuela y tata. Incluso le hablo de la mano, la oreja, el ojo o el diente. Y tengo pesadillas en las que decide lanzarse a dar trabajo a la sin - hueso cuando yo no estoy en casa.
Y un día, le pregunto "¿Quién soy yo?" y sale de su boca "ata". ¿Quien es ata? Una desconocida ha suplantado mi papel y me ha ganado la batalla. Tras de mi, su padre repite la pregunta. Ata. Comienzo a hilar los hechos. Las manos son ata, las naranjas son ata, los abuelos son ata y el perro de juguete es ata. Pasado el disgusto me pongo en el lugar de mi niño y comprendo su desesperación, al intentar comunicarme su sed y sólo poder decir ata. En fin, lo dicho, ata.