Historias breves vividas desde agosto 06 por una madre sin experiencia y su bebe dispuesto a aprender

lunes, 10 de enero de 2011

La niña vaca

De repente, de un día para otro, me he empezado a agobiar con el tema del habla de L. No he querido o no he sabido darme cuenta, del retraso considerable que lleva en el inicio del habla. Dice unas 10 palabras, sueltas, y el resto se limita a comunicarse por gestos que van acompañados de un sonido tipo mugido de vaca. 
Hago memoria, y recuerdo que A. también tardó en hablar, y ahora sólo es posible callarle con algo de comida que llevarse a la boca. Esa es mi puerta de emergencia, acordarme del retraso de A. en utilizar palabras y comprobar cómo es su realidad ahora, pero es inevitable que me llene de preocupación ver a L. mirándonos con cara de "acelga" cuando intentamos que pronuncie una palabra nueva.
Además, sigue despertándose muchísimo durante la noche, y eso sí que no lo hacía A. Es verdad que al momento se duerme, una vez que le das un poco de agua, pero me preocupa criar a una niña que no va a ser capaz de dar una buena noche a sus padres hasta los 10 años.

miércoles, 5 de enero de 2011

Yo creo en los Reyes

Ni Nochebuena, Navidad ni Fin de Año, lo que más me gusta de Navidad son los Reyes Magos. Ya era así antes de ser madre. Me encantaba preparar los regalos, esconderlos, hacer juegos de pistas para mis hermanos. Pero es que desde que llegaron los enanos saltarines, he redescubierto mi lado infantil y puedo decir bien alto que "He vuelto a creer en los Reyes Magos"

Creo en ellos, porque sólo alguien mágico puede provocar ese estado de histería, alegría, intriga y responsabilidad que se crea en los niños los días antes del 5 de enero. Desde luego, considero que la calidad y cantidad de los regalos es lo de menos. Lo importante es creer firmemente que tres personajes y sus camellos se nos cuelan en casa, se beben y comen lo que les hemos dejado, y nos dejan unos detalles como agradecimiento. 
A. está como loco. L. no entiende aún de lo que hablamos. Hoy iremos a la Cabalgata, y veremos cómo reacciona L. Desde luego, el primer año que A. fue conciente de donde iba, tuvimos que aguantar una tarde de lloros, totalmente aterrotizado por esos tres personajes. Poco a poco fue tomando confianza y ahora es un fan de los Reyes Magos. 

Espero que a todos, estén donde estén y vivan en las condiciones que vivan, los Reyes Magos tengan la capacidad y la cordura de dejarles, aunque sea, un pequeño detalle.