Historias breves vividas desde agosto 06 por una madre sin experiencia y su bebe dispuesto a aprender

martes, 29 de diciembre de 2009

Siiii, entono el mea culpa, soy una compradora compulsiva de carritos y chupetess. Mi familia empieza a hacer burla de mi, pero todo tiene una explicación. Primero vamos con los carros. Cuando A. nacio le teníamos preparado un preciosisimo Quinny Buzz que había costao un ojo de la cara a alguno de sus familiares y que tiene un nombre que echa p´atras. Bueno pues más o menos nos salio bueno, aunque mi suegra juraba en arameo cada vez que tenía que manejarlo y JM chillaba aún más cada vez que tenía que plegarlo. Cuando llegó L. uso el ya conocido en la familia como "el Quini", pero al llegar a la etapa carrito, decidió que su culo era muy ancho para el asiento y que ella en ese carro iba "repanchingada". Vamos, que era una pena ir con ella por la calle. Como el carro pequeño no era, decidimos que era hora de cambiarlo por un simple artilugio maligno de paseo, osease, silla de paseo. Bueno, busqué, comparé y encontre una barata (que las famosas Mclaren que todo el mundo lleva - viva la crisis - cuestan 220 euros del ala) y que parecia buena. La compramos y va doña L. y decide que las piernas en estas no le caben y que ella persiste en el "repanchingamiento". Si, ya se que tendría que haberla montando en la tienda, como cuando te pruebas la ropa antes de comprarla, pero el problema es que no fui con ella (error que pagaré de por vida). La cuestión es que JM apostaba por que repanchingada fuera por siempre, pero yo, en uno de mis paseos por ECI (es decir, el emporio de Areces y sucesores), encontre una ganga a 50 euros que cumplía requisitos. Es más, probé la niña al carro y encajaba perfecta. Así que por ahora vamos por 3 (cruzo los dedos), más una especie de barco imposible de plegar y perfecto para sacarte de quicio, que mi cuñada intentó encasquetarnos como préstamo sin derecho a devolver (vamos, que estaba de limpia en su casa).
Lo de los chupetes tiene su explicación. L. decidió que ella sola no era suficiente en la cuna, y se acostumbró a dormir con un chupe en la boca, uno en cada mano y otro rondando alrededor. Como duerme 10 horas de un tirón, no voy a ser yo la que le quite la manía (por cierto, curioso comentario de la enfermera en la revisón de los 10 meses, "Es hora de ir abandonando el chupete", y digo yo, abandonamos también la salud mental de los padres al tiempo por la falta de sueño?). Total, que como decía, he ido acumulando los 4 chupetes de la cuna, 2 más que usamos para el carro, más otros 4 de repuesto en el cuarto nuestro por si a media noche hay que acudir al pit - lane para recambiar. Vamos, que en total sumamos unos 15.... ¿Es patológico o le pasa a más gente?

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