El momento en el que procedes a "expulsar" a tu hijo de tus entrañas, y no es metáfora, debe ser también el de comienzo de la pérdida de la parte del cerebro que te otorgaba lucided, serenidad y cordura. A partir de entonces, el más mínimo sonido, babeo o guiño de los ojos del nene provoca un estado de delirio, para nada comparable con lo que hasta ahora tu considerabas cimas de la máxima felicidad.
Y viene esto al caso, porque el niño de mis entrañas, esta vez sí es metafórico, ha aprendido ayer a hacer el indio. Es tan simple como poner la mano en su boca y esperar a que él grite mientras que tu mueves la mano rítmicamente. Es tan simple como el mecanismo de un chupete, que sí, él también mueve de una manera tan graciosa...
La cuestión es que el embeleso de padres, tíos, abuelos y todo aquel con lazos de sangre con el niño es tal, que cualquiera que observe el momento desde fuera llegará a la conclusión de que se trata de una familia infectada por el virus de la simpleza. No es más que una mano dando en una boca...
Yo solo quiero saber si es posible que algún día mis neuronas y zonas grises culturizadas de mi cerebro se recuperen o a partir de ahora todo es cuesta abajo sin remedio.SOS
Historias breves vividas desde agosto 06 por una madre sin experiencia y su bebe dispuesto a aprender
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