Historias breves vividas desde agosto 06 por una madre sin experiencia y su bebe dispuesto a aprender

viernes, 16 de febrero de 2007

Las nuevas noches

Tu dormías más o menos bien, pero en general de un tirón. Las 8:30 de la mañana de un sábado era primera hora de la madrugaba y quedaba mucha cama por delante. Y las siestas interminables delante de los documentales de canguros eran el mejor reconstituyente. Pero la personita de 70 centrímetos que ahora duerme a tu lado ha decidido que dejarse llevar en brazos de Morfeo no es su máxima aspiración en lo poco que lleva de vida y por supuesto, quiere que tu le acompañes en maratones por ver quién es el bebe que más madruga del mundo.
Y no intentes convencerle de lo contrario, pues los cinco meses de vida, tienen como efecto secundario una falta de capacidad de razocinio. Así que mis noches se han convertido en pequeños lapsos de sueño seguidos de comprobaciones de que todo (leáse sábanas, colcha, niño y cuna) se encuentra en su sitio, culminado con un despertar por gorgojeos a eso de las 8. Porque las madres somos muy tontas para eso. El niño duerme, el mochuelo de tu marido también ronca al lado, pero tu decides que lo mejor en ese momento es desvelarte y comprobar que todo está en orden. Que por supuesto, si lo piensas fríamente, si no fuera así, el niño lloraría desesperado y el mochuelo gruñiría. Pero tu, erre que erre, conviertes cada noche en un desvelo continuo.

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